un
futuro altamente promisorio
Muy bueno Concierto
solidario a beneficio del Centro Comunitario Nuestra Señora de
Caacupé. Actuación de la Orquesta Juvenil de Cámara del Congreso
Nacional, dirigida por Rolando De Piaggi. Programa: Sinfonía para
arcos en Do Mayor, de Antonio Vivaldi; Concierto para piano y
orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart, K. 414. Solista: Martha
Bongiorno; Obertura en Do menor de Franz Schubert, dos tangos y
Nocturno op. 40, de Antonin Dvorak. Presentan la Fundación San
Rafael e Intérpretes Clásicos Argentinos, en el auditorio de la
Fundación, Ramallo 2606. Una
gratísima sorpresa depara este concierto en beneficio de este
cristiano centro comunitario que agrupa a más de doscientas
familias pobres y de desocupados en una villa de Tres de Febrero. Son
los jóvenes de esta orquesta de cuerdas que asumen la música de cámara
con desusado nivel técnico, cohesión y consustanciación con los
estilos. Una conquista de la música clásica gracias a la
perseverancia y a la inspiración de su director, el maestro Rolando
De Piaggi. Es
un evidente signo de inteligencia la elección de un repertorio
adecuado a la capacidad técnica y
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evolución estilística del conjunto de jóvenes instrumentistas. Lo prueba la Sinfonía para arcos en Do Mayor, de Vivaldi; el Concierto K. 414 para piano y orquesta, de Mozart; la Obertura en Do menor, de Schubert, y el Nocturno op. 40, de Dvorak. Ya
en la primera obra -Vivaldi- la orquesta suena compacta, pero al mismo
tiempo flexible en la dinámica y empática con el espíritu barroco. La
plasmación de matices es propia de las mejores agrupaciones nuestras de
cámara. Lo
propio ocurre con el Concierto para piano y orquesta, K. 414 de Mozart.
Las cuerdas asumen con elegancia y vuelo esta partitura, mientras la
pianista Martha Bongiorno busca con afán su aproximación al lenguaje
del compositor. Acentos
dramáticos
En
Schubert, jóvenes y director se internan en el pulso inquieto y en los
acentos dramáticos de la Obertura en Do menor con un fraseo elástico y
expresivo. Quizá lo más logrado del concierto. Haciendo un paréntesis en este programa de música clásica, la agrupación se entrega con fruición
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a plasmar dos tangos: uno canónico, "Vida mía", y otro contemporáneo, "Fuga y misterio", de Piazzolla. A partir de un excelente arreglo, los músicos le otorgan todo el calor y el estilo propio de estas dos corrientes dentro del tango. Son verdaderas recreaciones pocas veces alcanzadas por conjuntos de mayor predicamento y fama entre nosotros. Hacia
el final el Nocturno op. 40 de Dvorak nos acerca un clima de ensoñación
y de su crecimiento expresivo dan cuenta las cuerdas de la orquesta. Hay
un bis y es la introspectiva Canzoneta, de Joaquín Rodrigo, en las que
el conjunto ratifica sus méritos técnicos y expresivos. El
Congreso Nacional y todos nosotros debemos sentirnos orgullosos de este
logro de jóvenes músicos becarios, y de un director, como el maestro
De Piaggi, que llevó adelante los ensayos y la permanencia del grupo
pese a un sinfín de avatares económicos y de toda índole. La Orquesta
Juvenil del Congreso Nacional tiene asegurado un futuro promisorio entre
los mejores organismos argentinos. René Vargas Vera
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LA
NACION, miércoles 15 de agosto de 2001 (Espectáculos)